lunes, 2 de julio de 2012

GRASAS Y PROTEINAS Y EL EJERCICIO



GRASAS

            A menudo se considera la grasa dietaria como un componente nocivo para la salud, debido a que su consumo excesivo puede causar un aumento de peso o perjudicar el rendimiento. Sin embargo, las grasas de nuestra dieta cumplen funciones muy importantes, tanto para mantener el estado de salud, como funciones muy importantes, tanto para mantener el estado de salud, como para lograr un óptimo rendimiento. Por ejemplo, las grasas son un combustible muy importante durante el esfuerzo de resistencia (junto con los CHO); además nos aportan ácidos grasos esenciales que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizar.

            Las tasas absolutas más elevadas de oxidación de grasas se observan en esfuerzo ubicados entre el 50% y el 70% VO2 max.

            El entrenamiento de resistencia afecta tanto la capacidad de esfuerzo como la utilización de sustratos energéticos. Como consecuencia del entrenamiento se observa un marcado aumento en el potencial oxidativo del músculo esquelético, cuya consecuencia metabólica es un desplazamiento desde el uso combustibles derivados de los CHO hacia un mayor uso de sustratos energéticos derivados de las grasas, y una disminución en el uso de los depósitos de glucógeno.



PROTEÍNAS

            Las posibles causas de un aumento en el requerimiento de proteínas en los atletas de resistencia serían un aumento en la oxidación de aminoácidos en los atletas de resistencia serían un aumento en la oxidación de aminoácidos (AA) durante el ejercicio, junto con las proteínas necesarias para recuperar los daños ultraestructurales que se producen en el músculo. La necesidad de proteínas extras en la dieta de deportistas que entrenan fuerza podría se consecuencia de la síntesis aumentada de proteínas musculares post-esfuerzo, junto con las proteínas necesarias para la recuperación de los daños ultraestrucurales ocasionados por el trabajo muscular.

            El mantenimiento de los depósitos corporales de proteínas depende de la interacción de varios factores: aporte adecuado de proteínas en la alimentación, aporte suficiente de energía y aporte adecuado de AA esenciales en la dieta.

            En términos generales, se sugiere para los deportistas una ingesta de proteínas que oscile entre 1.2 y 2 kr/kg/día. Las necesidades de proteínas no pasan sólo por un valor total diario de alcanzar, sino que otros factores pueden ser tan o más importantes. Por ejemplo el tipo de proteínas /AA a consumir, el momento en que se los consume y el consumir simultáneamente algún otro nutriente.

            Algunos consideran que se han sobreestimado los peligros de las dietas hiperproteicas en personas sanas (Lemon, 1997). Parece ser que ingestas menores a 2-2.5g/kg/d no tendrían mayores riesgos en personas que no presentan ninguna patología previa. Un estudio que examinó los efectos de ingestas de proteínas elevadas sobre la función renal llegó a la conclusión de que ingestas menores a 2,8g/kg/d parecen no tener efectos negativos sobre diferentes indicadores de la función renal.

            Existe gran evidencia que apoya el efecto benéfico sobre el metabolismo muscular de la ingesta de diferentes combinaciones de nutrientes (tipo y dosis) en el periodo posterior a un entrenamiento de fuerza. Al comprar dos estudios Rasmussen et al., 2000 y Tipton et al., 2001, se observa que el balance neto de proteínas musculares es más elevado cuando la mezcla de aminoácidos (AA) y carbohidratos se consumen inmediatamente antes del ejercicio de fuerza.


CONSULTA DE NUTRICION AL 2 40 66 57

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